Los expertos en salud mental hablan de la adicción al sexo como una patología en aumento, sobre todo tras el confinamiento de 2020, que afecta a todos los ámbitos de la vida de las personas que la padecen y que “lejos de ser algo gracioso o divertido” es la adicción “más tabú” y que genera más vergüenza.
Se calcula que la padece un 7 % de la población mundial y los hombres acaparan el 90 % de los casos. La adicción al sexo se da cuando una persona quiere mantener relaciones o conductas sexuales a cualquier precio, hora y momento.
Así lo explica a EFE el psicólogo valenciano Enric Valls, quien asegura que cuando la gente escucha algo relativo a la adicción al sexo dice: “¡Qué chulo y qué divertido!”, una interpretación, a su juicio, totalmente “falsa e infundada”.
La influencia de la pandemia
La pandemia ha aumentado el consumo de este tipo de prácticas, que son el “caldo de cultivo” para la adicción al sexo, y que aumenta además por la generalización del uso del móvil, pues se puede acceder a contenido a cualquier hora y en cualquier lugar, como en el aseo del trabajo o del centro de estudios.
Esta patología genera un conflicto interno “grave” para la persona que lo padece porque supone una pérdida de control y no es algo que se elija voluntariamente.
El origen de esta conducta compulsiva puede estar en una experiencia traumática, como por ejemplo un abuso infantil, y también se da cierta predisposición genética a padecerla. Este tipo de adicciones va en aumento y afectan especialmente a hombres, ya que nueve de cada diez personas que lo sufren son varones.
En cuanto a las repercusiones, estas pasan desde las afectivas, ya que es muy complicado mantener una relación sentimental con este tipo de adicción; las laborales, porque produce ausencias, ocultaciones y mentiras, o las económicas, porque la mayoría de estas prácticas supone gastar grandes cantidades de dinero.