Los alquileres para estudiantes en Valencia han subido sus precios en un 15% respecto al año pasado. El precio medio de alquiler de habitaciones se sitúa en los 300 euros mensuales, según un análisis de la plataforma especializada en estos arrendamientos LIVE4LIFE.
La compañía valenciana, además, reconoce un aumento del 5% de los precios generales respecto a la situación prepandémica del 2019.
Valencia supera así los 250 euros de media que vale una habitación en Granada y los 285 de Sevilla. Por el contrario, se queda por debajo de los 500 euros de media que vale una habitación en Madrid. En todos los casos, de cualquier manera, se ha producido un incremento de los precios.
“Según nuestros cálculos, los precios en Valencia han subido un 15% respecto al año pasado. En general, se ha producido un incremento del 5% después de la estabilización que hubo en 2021”, remarca Alberto Añaños, CEO de la compañía especializada en el alquiler para jóvenes y universitarios.
La plataforma valenciana explica que, en 2020, como consecuencia de la crisis del coronavirus y de la caída de desplazamientos, los precios del alquiler para estudiantes bajaron considerablemente. De hecho, cifran la reducción en torno al 8%.
En 2021, las cifras se mantuvieron lineales. Y ha sido en este 2022, sin restricciones por el coronavirus y en pleno proceso de inflación, cuando los precios han subido hasta aumentar en un 5% respecto al 2019.
El precio medio para alquilar una habitación en la ciudad valenciana se sitúa en 300 euros al mes. “Si se opta por alejarse de la zona más céntrica, se pueden lograr alquileres más baratos, pero los estudiantes suelen orientarse a estas áreas”, asegura Alberto Añaños.
Los barrios más requeridos así lo reflejan. Algirós y Benimaclet están a la cabeza, mientras que también generan gran interés otras zonas como El Cabanyal, en pleno crecimiento según los datos de la compañía.
Atractivo para los propietarios
El alquiler para estudiantes y jóvenes es uno de los grandes potenciales del sector. Sin embargo, el miedo al comportamiento de estos echa atrás a más de un propietario. En Italia, de hecho, cientos de españoles de ERASMUS se han quedado sin piso debido al rechazo de los propietarios locales, quienes temen que sus casas acaben dañadas por fiestas y desperfectos.
“Es verdad que en España es más complicado que se dé una situación como esa, pero el miedo entre los propietarios siempre existe. Hay temor a la falta de pagos, pero sobre todo a que se produzcan desperfectos por fiestas y mal cuidado de la propiedad”, explica Añaños.
