viernes, 19 abril 2024

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Efecto Rebote

La Asociación de Vecinos Centro Tradicional de Alicante crítica el ruido y las aglomeraciones de las fiestas permanentes en la calle Castaños

La Generalitat valenciana levantó el toque de queda el lunes, 7 de junio, y con ello empezó a reabrir espacios como el ocio nocturno de manera progresiva y “con prevención”. Lo cierto es que si una vez abiertos los locales y con toque de queda, ya se podía apreciar en el centro tradicional que las cosas no iban a cambiar, lo cierto es que todo va a peor, si antes de alguna manera el ambiente de fiesta se centraba en los fines de semana y festivos con sus vísperas, ahora el efecto rebote del periodo de reducción está convirtiendo en la zona de fiesta permanente de forma diaria y continua.

Si se tiene que tomar medidas del Covid, ahora todas brillan por su ausencia y si antes la presencia policial era continua, ahora ni se les ve ni se les espera. Y todo va a peor. Si esto es así ahora, no podemos imaginar cuando se vuelvan a abrir discotecas y pub-discotecas. Si ahora se sobrepasan con creces los limites legales, cuando vuelvan las fiestas oficiales y todos los locales con música como discotecas o los que se convierten en discotecas, el centro va a ser irrespirable, los vecinos no podemos más, y las medidas no se pueden hacer esperar.

El Ayuntamiento no tiene la facultad de decidir si declara o no declara la zona en cuestión como acústicamente saturada, sino que tiene la obligación de hacerlo no sólo por exigencias del principio de legalidad y el carácter irrenunciable del ejercicio de las competencias públicas, sin que pueda demorarlo más, sino que, además, tiene que cumplir una Sentencia de 14 de noviembre de 2019 y un Auto de ejecución provisional de esa sentencia de fecha 30 de noviembre de 2020, a lo que se comprometió y a lo que tiene obligación legal.

El Ayuntamiento conoce que el problema de contaminación acústica existente impone dicha declaración y la adopción de las limitaciones que esto implica para cumplir con su finalidad, que no es otra que corregir la contaminación acústica protegiendo la salud de los ciudadanos. La declaración como ZAS de esta zona de Alicante ya no se puede eludir por más tiempo.

Entendemos que no procede ampararse ahora a la situación del sector por el tema de la COVID. Los vecinos no estamos pidiendo que se cierren bares y restaurantes, sino que se termine un expediente de declaración de zona ZAS, y de eso, no existe ni ha existido voluntad. Las calles peatonales deberían haberse devuelto a los peatones, el Ayuntamiento se ha convertido en el abogado defensor del ocio nocturno y se ha dedicado a ampliarles las zonas de mesas y sillas.

No ha cerrado ningún bar por la Covid, se han abierto más, los locales de ocio intactos y el cruce de Castaños con San Ildefonso, la zona donde se baten todos los récords nacionales de ruido en zona residencial y que después de convertir una calle peatonal en una macro discoteca, sigue abierto al ruido al desfase y al descontrol.

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