Los baños de Santa Anna tienen una gran importancia cultural, patrimonial y paisajística para el municipio de la Llosa de Ranes. Por ello, el consistorio decidió en el pleno del pasado mes de marzo una modificación del presupuesto para adquirir dicho lugar, llegando para esto a un acuerdo con sus propietarios tras varios años de negociaciones.
Este paraje se encuentra cerca de la población, en el camino de la ermita de Santa Anna y los alrededores de la montaña con el mismo nombre. Desde siempre ha sido un lugar donde los vecinos y vecinas han acudido a disfrutar de un entorno en plena naturaleza.
Este balneario fue fundado a finales del siglo XIX, en 1869, cuando su fundadora y propietaria utilizó las cualidades terapéuticas del agua que brotaba de aquí y aprovechando el gran entorno de la Sierra de Santa Anna, decidió abrir dicho establecimiento, que constaba de un gran edificio de 3 plantas.
Durante los meses de más calor, de junio a octubre aproximadamente, las familias burguesas de Xàtiva, València y Madrid, llegaban a estos baños, con el objetivo de disfrutar de todas las actividades recreativas y curativas que dicho lugar les ofrecía. Asimismo, las instalaciones del balneario se completaba con las fuentes de aguas curativas, cuya agua se embotellaba y vendía a las diversas farmacias, debido a sus múltiples propiedades.
Este balneario continuó con su funcionamiento habitual hasta el siglo XX, cuando cerró sus puertas de forma definitiva. A finales de los 90, dichas instalaciones fueron reabiertas pero solo como un albergue y restaurante.
Ahora, en la actualidad esta zona se ha ampliado con una piscina y este 2023 el consistorio realizará una rehabilitación integra de este lugar para convertirlo en una agradable zona recreativa y de ocio, donde vecinos, vecinas y turistas podrán disfrutar y encontrarse con la naturaleza y el medio ambiente.
El paraje de la montaña de Santa Anna y la ermita
Muy cerca de estos baños se encuentra la ermita de Santa Anna, que se construyó a mediados del siglo XVI, con un estilo gótico flamígero. Debido a su ubicación, coronando la montaña que lleva el mismo nombre, dispone de unas vistas increíbles que alcanzan desde el Desert de les Palmes hasta el Benicadell.
