“El cierre de la carpa donde se produjo esa avalancha, fue por falta de permisos”. Con estas declaraciones del portavoz del equipo de gobierno de Castelló, José Luís López, aunque ha insistido en que el ayuntamiento “en base a la normativa hizo lo que tenía que hacer”, ha reconocido que la carpa del oktoberfest, abrió sin autorización.
Al parecer, fue la intervención de la Policía, ante el peligro para la seguridad que supuso la gran cantidad de jóvenes que se precipitaron, traspasando incluso las vallas de seguridad, la que detonó que se descubriera la falta de algunos trámites administrativos y por tanto, el cierre del recinto.
López finalmente ha admitido que “a raíz de la avalancha y de la intervención policial se vio que había una serie de trámites administrativos que no estaban correctos y en consecuencia se procedió a su cierre”. Una cuestión que abre muchos interrogantes sin respuesta dado que no se trataba de un recinto cuyo montaje no hubiese durado varios días o que no se hubiese publicitado para que ayuntamiento pasara por alto su apertura aún cuando, como ha admitido López “no tenía autorización y por tanto no se había procedido por eso a su revisión”.
Visita y apertura de sanción, horas antes del incidente
Como ha aclarado posteriormente el consistorio, la misma tarde de día 11 de octubre, horas antes de que la Policía tuviera que intervenir, el ayuntamiento ya había pasado por la carpa y advertido que pese a tener la declaración responsable inicial imprescindible para toda apertura, los trámites no se habían finalizado debidamente con respecto a la autorización final de ocupación de vía pública. Esto supuso que ya se iniciara el correspondiente proceso administrativo de sanción.
Sin embargo, como también han matizado fuentes municipales, al ser víspera de festivo, el trámite no llegó al ayuntamiento hasta el día 13 cuando visto el caso se ordenó el cierre, “lo que ocurre es que esa misma tarde en que ya se había abierto el expediente fue cuando se produjo el incidente”, aclaran las mismas fuentes,
