viernes, 19 abril 2024

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Foto Estudio Sánchez, Castellón en un click

La opinión de Vicente Cornelles, periodista y escritor

Como acertadamente califica Javier Andrés a Castellón “ciudad bipolar”, los cierres y quebrantos inevitables siempre duelen más si cabe. Foto Estudio Sánchez, en la castiza calle Colón, ‘antic carrer Sabaters’, baja la persiana. Después de más de 80 años de daguerrotipos solemnes, majestuosos y valientes, la firma, más que eso, todo un sentimiento de pertenencia y ser a una colectividad, finaliza su camino.

Centenares de castelloneras fueron retratadas por un fotógrafo de estilo primoroso que infundió toda una norma, un evangelio, un desiderátum de profesionalidad y encanto. “Mi padre fue muy moderno para la época”, recuerda Dorín Sánchez, quien accede la jubilación dejando atrás toda una leyenda de instantáneas que han formado parte de la memoria y el imaginario popular, “en horas de intenso trabajo y sin fines de semana libres”, evoca la hija de Antonio Ramón, quien en 1942 abrió su estudio en la capital de la Plana y que, a su vez, recogió el legado de su padre, Ramón Sánchez, fotógrafo en Puertollano, y este el testigo de Ramón Sánchez del Moral, fundador de la dinastía, en Martos (Jaén), en 1918.

Una rúbrica de captador de imágenes de ese serpenteante y líneas elegantes que ha sido testigo silencioso de bodas, bautizos y comuniones, “y también de las fiestas de Benassal y Burriana, y de la visita de Franco en 1969, cuando tuvimos que ir a Madrid para revelar las fotos y entregarlas a la Caja Rural, que nos encargó el trabajo”, asegura Dorín Sánchez.

Practicamente el último de los estudios artesanos de fotografía en la ciudad turquesa y naranja, que ya no reflejará las escenas cotidianas del ser y el estar de un pueblo. Una clausura de un comercio tradicional vivida con tristeza por su propietaria: “Con el cierre te dejas parte de ti y afloran sentimientos de nostalgia y de añoranza”.

Y también como signo de los tiempos, primero “con la crisis del 2008, que nos dejó muy heridos, y después con la proliferación de los teléfonos móviles, cuyas cámaras han sustituido al fotógrafo profesional”. “Sin embargo, todavía hay gente que nos ha venido para confiar en nosotros”, indica la heredera de una vocación, un espíritu artístico, una superación diaria en la calidad de un trabajos que han sido santo y seña de generaciones enteras. Castellón, y los castellonenses, en un click.

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