jueves, 28 marzo 2024

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Medidores CO2, claves para determinar si hay riesgo de contagio

J.M. Felisi, ingeniero químico y miembro de Aireamos, insiste que en negocios mal ventilados hay riesgo de contagio por aerosoles.

Desde la plataforma Aireamos, un  proyecto conjunto de 16 entidades y expertos en la materia, como científicos, epidemiólogos e ingenieros químicos, insisten en la importancia de mantener una ventilación adecuada para garantizar unos niveles bajos de CO2, lo que contribuye a una disminución del riesgo de propagación del COVID-19. Para ello, insisten en que, sobre todo, en locales comerciales y negocios, deberían instalarse medidores de dióxido de carbono (CO2) para adecuarse a la situación actual, a fin de garantizar a sus clientes y usuarios que se encuentran en un espacio de bajo riesgo de contagio. De bajo riesgo, pues tal y como recalcan, “no hay sitios COVID free”. 

¿Qué son los aeorosoles y por qué son peligrosos?

Al respirar, al hablar o al toser, lanzamos pequeñas gotas al aire. Y tal como han evidenciado numerosos estudios científicos, estas gotas pueden flotar durante horas si estamos en un espacio sin ventilación. Gotas impregnadas de bacterias y, por supuesto, de virus. Es decir, si estamos en un espacio cerrado, con gente y sin mascarilla, por ejemplo comiendo en el interior de un restaurante o un piso, la proliferación de esas partículas aumenta consideradamente y también su permanencia en el aire. Por tanto, si una de esas personas está infectada por COVID, las otras tienen un riesgo altísimo de contagiarse. 

Hablamos con José Manuel Felisi, de la plataforma Aireamos, ingeniero químico de profesión y con amplia experiencia en medición de CO2 en espacios públicos y cerrados. Además, tras realizar diferentes estudios de medición en lugares cerrados y espacios de uso público, ha estado presente en reuniones del Consejo de asesores de Ximo Puig, donde ha mostrado los resultados obtenidos.  “Mantener una ventilación correcta es la clave para la renovación del aire, y, por tanto, la reducción del riesgo de contagio por COVID”, recalca.

¿Cómo funcionan los medidores de CO2?

Son aparatos que van midiendo constantemente el aire que exhalamos (CO2) para controlar la calidad del aire. Es decir, si hay mucho nivel de ese aire cargado de CO2 y lo respiran muchas personas, no hay renovación del aire, y “de lo que se trata es que entre aire limpio de fuera, algo que ocurre al aire libre, pero no en espacios interiores”, añade.

El experto en el campo de la medición de la calidad del aire, insiste en la importancia de saber en todo momento “si el aire que respiramos está limpio o contaminado, y más si estamos con más personas, puesto que compartimos ese aire”. 

De ahí la importancia de instalar estos aparatos de medición, sobre todo en negocios de hostelería y ocio, donde se acumula más gente sin mascarilla en un mismo espacio, pero también en nuestros hogares que, en ocasiones, son punto de reuniones en grupo. 

¿Por qué no hay obligatoriedad de instalar medidores en sitios cerrados de uso público?

Felisi nos explica que no acaba de entender porque solo hay alguna recomendación por parte de alguna comunidad, como la catalana, cuando “la OMS ha determinado que el riesgo de contagio por aerosoles es muchísimo más alto que por contacto de superficies”. Es decir, nos obligan a usar gel hidroalcohólico en tiendas y locales, pero, en cambio, esos mismos negocios no tienen instalado medidores que nos garanticen que el aire que respiramos al entrar está limpio de bacterias y virus.

“Por poco más de 100 euros tienes un medidor de calidad de aire”

¿Y si son tan económicos por qué no están instalados en edificios públicos o negocios de particulares?

El ingeniero químico nos aclara que cada vez más las administraciones se interesan por la instalación de este tipo de aparatos, sin embargo, no hay una obligatoriedad decretada en ninguna resolución política. 

“A algunos empresarios no les interesa, porque estos aparatos dan una información fiable de la contaminación del aire y eso les obligaría a tomar medidas, algunas drásticas, como reducir más el aforo o instalar aparatos de ventilación”. 

No obstante, añade que es más simple de lo que parece mantener un espacio con bajos niveles de CO2 y de presencia de aerosoles. “La clave está en ventilar de forma correcta”.

Tan fáciles de usar como un termómetro

El ingeniero recalca que un medidor de CO2 es fácil de usar. Se instala y va midiendo las cantidades de dióxido de carbono que hay en el aire, igual que un termómetro mide la temperatura. 

“Esto es simple, si en un local hay más de 700ppm, hay que consultar a un especialista en ventilación para qué te diga cómo resolver ese problema, igual que cuando vas al médico si tienes fiebre”. 

Cualquier persona puede medir la ventilación del espacio donde vive o donde trabaja y resolver el problema es relativamente sencillo”, incide.

Instalación de medidores en locales y comercios, la clave para reducir el riesgo de contagio

El especialista explica que al ser un aparato accesible económicamente y de fácil manejo, es importante que los empresarios que regenten negocios donde puede haber acumulación de gente los instalen. Por un lado, para saber si la ventilación que tienen en su local es la adecuada para alejar virus y bacterias, y, por otro, para garantizar a sus clientes que se encuentran en un espacio de bajo riesgo de contagio de COVID. 

“Los espacios que tienen instalados medidores son más saludables, dan confianza. Sin embargo, hay una tendencia general a ocultar esa información”, señala.

Respecto al otorgamiento de algunos distintivos “COVID-Free o de establecimientos seguros” para negocios que cumplan las medidas de higiene y limpieza, Felisi insiste en dos aspectos muy importantes: primero, el riesgo por contagio a través de superficies es infinitamente más bajo que por aerosoles, por lo que un sitio que cumpla minuciosamente esas medidas “no tiene por qué ser seguro”. Y segundo, ¿quién controla que se sigan cumpliendo esas medidas?. 

“La OMS ha admitido que la carga viral en superficies es muy baja, pero en el aire muy alta en espacios no ventilados. Y también lo ha dictaminado así el Ministerio de Innovación y Ciencia y el de Sanidad. Los espacios mal ventilados son claves”, insiste Felisi.

Tal y como explica, “con un medidor de CO2 no hay engaño. Su medición es continua, no depende de que alguien lo controle. Se vé sí o sí. Y es que esos medidores deben ir conectados a una pantalla que a la entrada de cada establecimiento informe a los usuarios del nivel de calidad del aire. Sobre todo en sitios donde se quitan la mascarilla. “El problema de los contagios es 20 veces mayor en interiores, la clave está en reducir reuniones en interiores”, insiste. 

“A menos nivel de contaminación del aire, menor riesgo de propagación del COVID”

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