jueves, 28 marzo 2024

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[:es]La eticofobia del Partido Popular de Alicante[:ca]L’eticofòbia del Partit Popular d’Alacant[:]

[:es]Ahora hace un año, un tres de febrero de 2020, ingresaba en el hospital  de La Gomera (Canaries) el primer caso de coronavirus en el Estado español: un turista alemán.  A partir de aquella hospitalización la historia de la pandemia es dramáticamente notoria. A fecha de hoy: 2.900.000 de contagiados. Más de 60.000 personas muertas. La mayoría a solas, sin la gente que estiman a su lado. Centenares de miles más presentan varias consecuencias de salud graves derivadas de esta enfermedad. Cerca de un millón de trabajos perdidos. Miles de sanitarios sometidos a una presión insoportable. Y en general mucha tristeza de una ciudadanía sometida a unas normas estrictas.

A menudo no mencionamos suficientemente las personas que cumplen y se sacrifican por el bien común. Son en este momento la mayoría de valencianos y valencianas. La gente que estamos en las grandes instituciones, los y las representantes políticos, instauramos y dejamos de instaurar normas y lo hacemos semanalmente, muchas veces sin tiempos a darnos cuenta suficientemente de los pequeños y grandes detalles del día a día de muchas personas. Por eso, os digo gracias. Gracias porque es muy duro el que se os pide y los contextos que vivís muchos de vosotros. Gracias, y también perdón.

Perdón porque los representantes políticos os hemos pedido cosas muchas veces sin tener la información necesaria. A veces contradiciéndonos y demasiado a menudo con rifirrafes absurdos. Perdón porque muchos pocos representantes de instituciones han dicho una cosa: hemos avanzado en base al ensayo-error. Y este no es el problema, el problema es que no lo reconocemos, nos cuesta explicar que no sabíamos como afrontar esta situación y hemos dado a menudo una falsa sensación de seguridad por conveniencia política. En todas las instituciones, de todos los colores políticos. Perdón porque especialmente hemos fallado a los profesionales de la sanidad. Toda la clase política. Pero especialmente, los defensores de las privatizaciones y de los recortes de los servicios públicos, las cosas como sean. La herida a la sanidad pública viene de lejos, de otra crisis.

Perdón a muchos cargos municipales que se han visto desorientados y que necesitaban más información de parte de los que como yo nos encargamos de intentar ayudarlos. Y pido perdón, pero también quiero reivindicar el papel de la política sincera, poner en valor la política. No era fácil y era imposible esdevinar el que se nos venía encima. Pero esto, no implica que hay que evaluar, detectar errores y disculparnos si hace falta.

El que no pediré a la ciudadanía es que perdone a los diputados de la Diputación de Alicante- donde desarrollo mi cargo- que se han vacunado cuando no los tocaba. Han gastado la vacuna otros.  No merecen el perdón de nadie, porque esto no es un error. Evidencia el concepto que tienen de la política.

Esta semana hemos observado como el Partido Popular bajaba el jefe y miraba a otro lado para no tener que obedecer el mandato del plenario de la Diputación de Alicante y reclamar la dimisión de Bernabé Cano, alcalde de La Nucia, ahora mismo el mayor exponente de la peor vieja política. Esta persona no solo se saltó el protocolo de las residencias de mayores, se presentó en el centro a ponerse una vacuna que no era para él.  Se ha saltado todas las normas posibles, cosa que lleva haciendo en realidad toda la vida. Llevándose las subvenciones que tenían que repartirse entre todos los pueblos, coqueteando con la Gürtel, humillando y amenazando la oposición, etc.

El mal que le hace el señor Cano, ya no solo a su partido sino a la política que quiere ser útil, es enorme. Pero la pregunta clave es: Cómo es posible que el Partido Popular de la provincia de Alicante se salte incluso las directrices de su partido y permita al señor Cano seguir sentat en su asiento de Diputado?

La respuesta es de de coherencia insultante: porque el pasado de la bancada popular pesa tanto que no llega a la altura moral para hacerlo.  Qué lección moral le tiene que dar el presidente provincial de su partido y de la Diptuació, Carlos Mazón, si él mismo organizó la cena de 3000 militantes del PP en IFA y que once años después todavía no se ha pagado? Le puede pedir la dimisión el jefe del gabinete del señor Mazón, antiguo cargo de la Tierra Mítica y la RTVV zaplanista? Qué lección moral le tiene que dar el señor diputado Alejandro Morant después de haber denigrado los hijos e hijas de personas de origen inmigrante con los comentarios más racistas que se han sentido en el ámbito del Partido Popular en todo el Estado? Quién le va a pedir la dimisión, el diputado Juan Bautista Rosselló, que también se ha vacunado? O será el diputado Juan Francisco Llorca después de mantendré en el cargo como si nada a un regidor de Benidorm acusado de operar con la mafia rusa con lo pretexto de a el covid? O será el diputado y alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, que con dos líneas certificaba sin una suela factura los ingresos de 446.000 del grupo de la Diputación al Partido Popular? Quizás lo hará el diputado Sebastian Cañadas, a quien recientemente se lo ha enganchado haciéndose una piscina ilegal en el pueblo donde es alcalde?

Nadie al PP le puede reclamar a Cano nada. Porque continúan siendo el pasado, o al menos una versión del pasado que hace tiempo tendríamos que haber dejado atrás como sociedad. Son los mismos que comían gambas con la tarjeta de la administración mientras recortaban los servicios públicos. En resumen, tienen un problema. Y el problema se llama eticofòbia.[:ca]Ara fa un any, un tres de febrer de 2020, ingressava en l’hospital  de La Gomera (Canaries) el primer cas de coronavirus a l’Estat espanyol: un turista alemany.  A partir d’aquella hospitalització la història de la pandèmia és dramàticament notòria. A data de hui: 2.900.000 de contagiats. Més de 60.000 persones mortes. La majoria a soles, sense la gent que estimen al seu costat. Centenars de milers més presenten diverses conseqüències de salut greus derivades d’aquesta malaltia. Prop d’un milió de treballs perduts. Milers de sanitaris sotmesos a una pressió insuportable. I en general molta tristesa d’una ciutadania sotmesa a unes normes estrictes.

Sovint no mencionem suficientment les persones que compleixen i es sacrifiquen pel bé comú. Són en este moment la majoria de valencians i valencianes. La gent que estem en les grans institucions, els i les representants polítics, instaurem i deixem d’instaurar normes i ho fem setmanalment, moltes vegades sense temps a adonar-nos suficientment dels xicotets i grans detalls del dia a dia de moltes persones. Per això, vos dic gràcies. Gràcies perquè és molt dur el que se vos demana i els contextos que viviu molts de vosaltres. Gràcies, i també perdó.

Perdó perquè els representants polítics vos hem demanat coses moltes vegades sense tenir la informació necessària. De vegades contradient-nos i massa sovint amb picabaralles absurdes. Perdó perquè molts pocs representants d’institucions han dit una cosa: hem avançat en base a l’assaig-error. I este no és el problema, el problema és que no ho reconeixem, ens costa explicar que no sabíem com afrontar esta situació i hem donat sovint una falsa sensació de seguretat per conveniència política. En totes les institucions, de tots els colors polítics. Perdó perquè especialment hem fallat als professionals de la sanitat. Tota la classe política. Però especialment, els defensors de les privatitzacions i de les retallades dels serveis públics, les coses com siguen. La ferida a la sanitat pública ve de lluny, d’una altra crisi.

Perdó a molts càrrecs municipals que s’han vist desorientats i que necessitaven més informació de part dels que com jo ens encarreguem d’intentar ajudar-los. I demane perdó, però també vull reivindicar el paper de la política sincera, posar en valor la política. No era fàcil i era impossible esdevinar el que se’ns venia a sobre. Però això, no implica que cal avaluar, detectar errors i disculpar-nos si cal.

El que no demanaré a la ciutadania és que perdone als diputats de la Diputació d’Alacant- on desenvolupe el meu càrrec- que s’han vacunat quan no els tocava. Han gastat la vacuna d’altres.  No mereixen el perdó de ningú, perquè això no és un error. Evidència el concepte que tenen de la política.

Esta setmana hem observat com el Partit Popular baixava el cap i mirava a un altre costat per a no tindre que obeir el mandat del plenari de la Diputació d’Alacant i reclamar la dimissió de Bernabé Cano, alcalde de La Nucia, ara mateix el major exponent de la pitjor vella política. Esta persona no sols es va saltar el protocol de les residències de majors, va presentar-se en el centre a posar-se una vacuna que no era per a ell.  S’ha saltat totes les normes possibles, cosa que porta fent en realitat tota la vida. Emportant-se les subvencions que havien de repartir-se entre tots els pobles, coquetejant amb la Gürtel, humiliant i amenaçant l’oposició, etc.

El mal que li fa el senyor Cano, ja no sols al seu partit sinó a la política que vol ser útil, és enorme. Però la pregunta clau és: Com és possible que el Partit Popular de la província d’Alacant se salte fins i tot les directrius del seu partit i permeta al senyor Cano seguir sentat en el seu seient de Diputat?

La resposta és de de coherència insultant: perquè el passat de la bancada popular pesa tant que no arriba a l’alçada moral per a fer-ho.  Quina lliçó moral li ha de donar el president provincial del seu partit i de la Diptuació, Carlos Mazón, si ell mateix va organitzar el sopar de 3000 militants del PP en IFA i que onze anys després encara no s’ha pagat? Li pot demanar la dimissió el cap del gabinet del senyor Mazón, antic càrrec de la Terra Mítica i la RTVV zaplanista? Quina lliçó moral li ha de donar el senyor diputat Alejandro Morant després d’haver denigrat els fills i filles de persones d’origen immigrant amb els comentaris més racistes que s’han sentit en l’àmbit del Partit Popular a tot l’Estat? Qui li va a demanar la dimissió, el diputat Juan Bautista Rosselló, que també s’ha vacunat? O serà el diputat Juan Francisco Llorca després de mantindré en el càrrec com si res a un regidor de Benidorm acusat d’operar amb la màfia russa amb el pretexte de al covid? O serà el diputat i alcalde de Torrevella, Eduardo Dolón, que amb dos línies certificava sense una sola factura els ingressos de 446.000 del grup de la Diputació al Partit Popular? Potser ho farà el diputat Sebastian Cañadas, a qui recentment se l’ha enganxat fent-se una piscina il·legal en el poble on és alcalde?

Ningú al PP li pot reclamar a Cano res. Perquè continuen sent el passat, o al menys una versió del passat que fa temps hauríem d’haver deixat enrere com a societat. Són els mateixos que menjaven gambes amb la targeta de l’administració mentre retallaven els serveis públics. En resum, tenen un problema. I el problema es diu eticofòbia.[:]

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