La jornada de 4 días se enfrenta al reparto del trabajo e igual productividad

Les conclusiones sobre el estudio del impacto de la semana laboral de 32 horas, que comienza la próxima semana en València, estarán listas a finales de julio

La jornada de cuatro días o 32 horas, que València prueba en una iniciativa piloto a lo largo de este mes de abril, se enfrenta a un cambio de cultura empresarial pero también a los efectos de las nuevas tecnologías en el ámbito laboral, al reparto del trabajo y al mantenimiento de la productividad.

Estas cuestiones han centrado el debate “La jornada de 4 dies a debat: una realitat o una utopia?” con el alcalde de València, Joan Ribó, y los secretarios generales de CCOO PV, Ana García, y UGT PV, Ismael Sáez, como protagonistas en una sesión organizada para reflexionar sobre las acciones políticas y legales en torno al modelo productivo, la política de cuidados y la revolución tecnológica en el camino a la consecución de la reducción de la jornada.

La reunión tiene lugar una semana antes de que València ponga en marcha la primera experiencia piloto de jornada laboral de 32 horas a lo largo de un mes en España, cuyas conclusiones estarán listas en torno al 20 de julio. Concretamente dará comienzo el próximo 10 de abril un proyecto piloto de semana laboral de cuatro días hasta el 7 de mayo, cuatro semanas consecutivas con festivo en lunes: el lunes 10 (Lunes de Pascua), 17 de abril (San Vicente Ferrer), 24 de abril (por el 22 de enero, San Vicente Mártir) y 1 de mayo (Día del Trabajo).

El alcalde ha expuesto que el Ayuntamiento quiere “estimular” el debate sobre la jornada laboral porque reducirla puede suponer disponer de más tiempo para los cuidados, la cultura y el ocio, y eso “siempre es positivo”. Además, ha destacado que en Portugal, Canadá o Nueva Zelanda ya se han hecho pruebas para estudiar los efectos, y en València se analizará qué consecuencias tienen esas cuatro semanas de cuatro días en diversos aspectos como la reducción de la contaminación.

También se ha referido al impacto que tendrá en la conciliación familiar, la salud de las personas, el reparto del trabajo o la productividad. Asimismo, sobre la recepción de la iniciativa por parte de la ciudadanía, Ribó ha recordado que en el último barómetro municipal, con una muestra de 2.358 personas, se califica con 7,9 puntos sobre 10.

Ribó ha advertido de que la reducción de la jornada es una cuestión sujeta a la negociación entre los sindicatos y la patronal, y en este sentido el dirigente de UGT ha alertado de que hoy por hoy “no vamos a convencer a ninguna patronal de que se puede trabajar cuatro días con la misma productividad”, mientras CCOO ha admitido la complicación de “hacer entender” el cambio de cultura empresarial en favor de la presencialidad.

Los sindicatos discrepan

Para CCOO, el movimiento obrero “lleva luchando toda la vida” para la mejora de las condiciones de trabajo y de vida, y en esta lucha la jornada de cuarenta horas “no ha caído del cielo”, y ahora es cuando se puede abrir el debate de la reducción de jornada.

Según Ana García, el debate se puede enriquecer en sus conexiones con la sostenibilidad, el cambio del modelo productivo, la necesidad de poner en el centro la política pública de cuidados y la brecha de género de estas actividades, la digitalización, la Agenda 2030 y los fondos europeos, y es una oportunidad para “abrir un debate sosegado” sobre la jornada de cuatro días.

El secretario general de UGT PV ha sido más crítico al afirmar que el verdadero debate es si estamos en la antesala de la sustitución del trabajo humano por las nuevas tecnologías y si el resultado es negativo para el empleo, por eso ha opinado que cualquier reducción hay que plantearla en términos de efectos sobre el reparto del empleo y en que no suponga una pérdida de productividad.

En profesiones o actividades que producen servicios o productos por hora, para que no haya una pérdida de competitividad, es necesario el apoyo público, según Sáez, que no está convencido de que la jornada de cuatro días sea la mejor formulación.

Reducir la jornada a través del reparto del empleo

Por eso, ha opinado que los poderes públicos podrían estimular el avance hacia la reducción de jornada a través del reparto del empleo frente a las amenazas tecnológicas, pues de lo contrario trabajarán unos cuantos y el resto estarán subsidiados. Como ejemplo, ha citado aumentar de tres a cuatro turnos el trabajo en una fábrica incrementando el empleo y mejorando la productividad, con apoyo de los recursos públicos.

“Con una inflación del 3 % ahora, del 8,5 % en 2022, y los incrementos salariales en el 2,80%, ¿nos planteamos abordar en la negociación colectiva la reducción de 5 a 4 días? ¿Cobrando lo mismo? ¿Nos lo creemos?”, ha planteado Sáez.

García ha dicho que para CCOO sí se puede producir más y mejor acortando la jornada, y ello beneficia al funcionamiento de la economía, a la salud de las personas, a la sostenibilidad medioambiental y a la reducción de las brechas de género. “No se puede hacer de un día para otro pero sí debatir en torno a la reducción de jornada” porque además, ha señalado, en la colaboración público-privada ambas partes deben aportar.