Juzgan a un hombre acusado de un delito de coacciones al que la Fiscalía acusa de hostigar, perseguir y vigilar a la que fue su pareja sentimental durante 33 años.
La relación sentimental entre procesado y víctima cesó en febrero de 2020 aunque ambos continuaron residiendo en el mismo domicilio de la comarca de la Ribera Alta.
Según mantiene la acusación pública, desde la ruptura sentimental, el encausado controló el teléfono de la mujer y le pidió insistentemente mantener relaciones sexuales.
La víctima decidió dejar la casa, pero el hombre no dejó de llamarla, y de enviarle mensajes con la intención de perturbar las actividades diarias de la mujer.
El encausado la llamaba todos los días, la vigilaba, iba a su casa y la intentaba besar.
La acusación pública pide para él una pena de prisión de dos años por un delito de coacciones.