Anoche se llevó a cabo la segunda jornada de la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, uno de los actos más esperados por los valencianos durante todo el año.
A lo largo de dos días, la Plaza de la Virgen ha sido lugar de destino en València de más de 380 comisiones falleras, lo que supone que alrededor de 100.000 falleros se han dirigido desde distintos puntos de la ciudad entre viernes y sábado hacia la Plaza para llenar de flores el manto de la Geperudeta y solicitar su bendición.
Mientras que el viernes fue la Fallera Mayor Infantil de València, Paula Nieto Medina, y su Corte de Honor, la encargada de realizar la Ofrenda, anoche fue el turno de la Fallera Mayor, Laura Mengó, y su Corte de Honor, que desfilaron alrededor de las 01:05 horas de la mañana para culminar con el acto de la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados 2023.
Laura apareció con un traje de color negro azabache y pudimos apreciar su emoción durante algún momento del acto de la Ofrenda, aunque siempre acompañada de la gran sonrisa que la distingue.
Tras observar cómo la Virgen ya tenía su manto completo, tanto ella como su Corte de Honor se dirigieron hacia la Basílica de la Virgen de los Desamparados para depositar las flores a los pies de la Mare de Déu y hacer la misa en honor a la Patrona.
A lo largo de estos dos días, los ramos de las falleras han ido vistiendo a la Virgen, cubriéndola con un florido manto con predominación de color blanco y detalles en rojo. Tal y como confirmó la Archidiócesis de València, el diseño del manto de la estatua en este 2023 homenajea el centenario de la Coronación de la Virgen.
El evento se produjo con algún que otro altercado, producido por la falta de pasarelas para que la gente pudiese transitar con normalidad hacia la ofrenda. Se echó especialmente en falta la que conectaba San Vicente y María Cristina, que fue puesta en marcha en 2017 y que duró hasta 2019.
Este hecho, unido a que era sábado y que una enorme cantidad de gente viajó a Valencia para disfrutar de la fiesta de las Fallas, generó que se produjeran momentos de mucho colapso, con lugares de paso desbordados y enormes parones que, sin embargo, no impidieron poder disfrutar de una Ofrenda mágica y emotiva.
