Miles de taxistas se han concentrado desde primera hora ante la Conselleria de Transportes, en la ciudad administrativa 9 de octubre, para exigir una subida de las tarifas y equipararlas a otras ciudades españolas, así como para protestar por la decisión de la Generalitat de sacar este mes de noviembre 300 vehículos más a la calle y anular los cambios de turnos aplicados por la pandemia.
Esta concentración convocada por la Asociación Gremial del Taxi de València y la Federación Sindical del Taxi de València y Provincia, que han enterrado el hacha de guerra este jueves, ha provocado colapsos en las principales arterias de la ciudad como la Avenida del Cid, la calle 9 de octubre, el Paseo de la Pextina o la Avenida Pio Baroja, ya que los taxis se están estacionando en los carriles laterales y solo han dejado uno o dos para la circulación del resto de vehículos o de los autobuses de la EMT. Se espera que alrededor de 2.000 vehículos de la capital del Turia acudan a la concentración.
El presidente de la Federación Sindical del taxi de Valencia, Fernando del Molino, manifiesta que “el sector del taxi se manifiesta porque entiende que la política de tarifas; la situación de intrusismo de las VTC trabajando impunemente y saltándose todas las normas; la falta de inspección; y la ampliación de la regulación del servicio en València, es un cóctel perfecto para que el taxista diga: basta ya”.
“Hoy en día ganarse la vida en el taxi de València es prácticamente imposible. En un horario de 8 horas estamos casi trabajando a 0. Las últimas decisiones de la Conselleria nos están obligando a hacer más horas de las necesarias para vivir” asegura del Molino, que también señala “estamos hartos de pedir que escuchen al sector porque es el primero que se quiere autoregular”. En este sentido, explican que desde la Generalitat “no pueden tomar decisiones sin un estudio previo porque se debe ajustar la oferta y la demanda y no soltar taxis, por ejemplo, en noviembre, uno de los peores meses, y tener la misma oferta en mayo o junio cuando hay cruceros y más turismo”.
El presidente sindical de los taxistas también asegura que los ciudadanos pueden esperar como se hace en cualquier otro servicio de la administración (sanidad, justicia) para que el sector sea “sostenible” porque para cubrir las puntas de demanda en determinados horarios se tiene que llenar de taxis la ciudad y eso hace “insostenible” al sector. “En eventos, verano o en cualquier momento necesario estamos dispuestos a reforzar y poner todos los taxis en la calle, pero en noviembre en un momento de baja demanda y en horario laboral, las paradas están llenas y esperar una hora a los usuarios es inasumible” manifiestan.
Del mismo modo, el presidente de la Asociación Gremial del Taxi de València, Ismael Arráez, indica que desde el sector están pidiendo una regulación, que ya solicitaron antes de la pandemia, porque el ratio de taxis está “sobrepasado en 1.000 vehículos”. “Acorde con los ciudadanos que hay en València y en la provincia sobran mil vehículos, a raíz de la pandemia conseguimos una regulación normal, pero de manera unilateral se ha decidido imponer 300 taxis más dando vueltas en la ciudad”.
Subida de las tarifas
Otra de las demandas de los taxistas es equiparar las tarifas a otras ciudades españolas y subirlas “mínimo un 10%” para que sea “rentable” la carrera. “Mientras que en Madrid, Barcelona, Sevilla o San Sebastián donde año a año se actualizan las tarifas, en la Comunitat Valenciana llevamos en 9 años una actualización cercana al 3% cuando Madrid en el mismo periodo ha subido un 16%, en Barcelona un 18% y el IPC está por encima del 18%. La política de tarifas de esta Conselleria es vergonzosa” asegura de Molina.
En la misma línea se sitúa Arráez que ha criticado la “dejadez de funciones” de la Conselleria respecto a las tarifas que es lo que “hace sostenible el sector”, por ello piden que se haga una subida acorde con el incremento del combustible, sobre un 40 o 50%, ya que es “su principal herramienta de trabajo”. “Llevamos una subida media de 3.000 euros por vehículo y queremos que se comprometa a una revisión anual de la tarifa acorde al gasto de la sociedad y la subida” indica.
Este es el caso de Jose Antonio Muñoz, uno de los taxistas que se han concentrado este jueves en València porque la subida del gasoil está provocando que haya “muchos días que sacar el taxi no sea rentable” y que se gaste entre 200 y 300 euros más al menos en combustible. “Muchos días no sale rentable, pero si no lo sacamos ese día no ganas nada y la seguridad social y los impuestos, hay que pagarlos igual”.
En este sentido pide a la Conselleria que sea “receptiva” y que quite taxis de la calle cuando haya poco trabajo para que “no estemos mendigando y rodando por ahí en verde para que la hora te salga a menos de diez euros, menos que a una persona de la limpieza”.
“Los fines de semana los cubrimos haciendo esfuerzos para reforzar el servicios y para ganar dinero, pero no inundado la ciudad de taxis libres a todas horas porque para una hora que hay faena, las otras doce estamos en la calle leyendo los periódicos en las paradas. Ni nos ganamos la vida como choferes ni como autónomos” ha gritado el secretario de la Federación sindical del Taxi, José Juan López, ante la mirada de centenares de taxistas.
La Conselleria “busca un equilibrio”
Fuentes de la Conselleria de Transportes aseguran que “son conocedores de las quejas crecientes en los últimos meses por parte de los usuarios, pero también del sector empresarial y turístico por la falta de taxis” y que siguen “trabajando e insistiendo para buscar el mejor equilibrio entre las necesidades del sector y las de los usuarios”
Además, explican que tras dos años de pandemia en los que se ha ido regulando la oferta de taxis en función de las necesidades del momento, desde la Conselleria se entiende que, una vez recuperada la plena normalidad en los movimientos de los usuarios, también lo es de volver a la normalidad en la oferta del sector del taxi. Así pues, ponen a disposición más taxis en la calle, para así dar “un mejor servicio” y que València quede con una normativa similar a la que ya está vigente en otras grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga, donde ya no se aplica ninguna restricción del taxi ligada a la pandemia.
