Los trabajadores de la multinacional NSG Pilkington en Sagunto han iniciado este lunes la huelga parcial de 12 días contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la empresa. La dirección de la planta valenciana comunicó la semana pasada al Comité de Empresa el despido “inminente” de alrededor de 116 trabajadores por el cierre y traslado de la zona de laminado a otra factoría de Italia.
Según indican fuentes del Comité de Empresa valoran “muy positivamente” la primera huelga parcial secundada en el turno de mañana, ya que ha sido respaldada por el 100% de la plantilla y aseguran que “todo trabajador y trabajadora ha dejado de realizar sus tareas laborales para ejercer el derecho a huelga, por lo que ha sido un éxito rotundo”. También han señalado que en la mediación del Tribunal de Arbitraje Laboral de la huelga, la empresa “no ha querido retirar el ERE”.
Los paros están previstos que se prolonguen hasta el 19 de noviembre y sean de 4 horas por turno, es decir, un total de 12 horas entre los turnos de mañana, tarde y noche. No obstante, y según señalan las secciones sindicales la convocatoria de huelga se ha realizado oficialmente hasta el día 3 de diciembre, incluyendo en las últimas semanas un incremento en las horas paros que podría llegar hasta las 24 horas, si durante este período no hay cambios del proceso de negociación.
Además, según indican fuentes del Comité todos los sindicatos ha convocado para el próximo 23 de noviembre una gran manifestación para defender en defensa de los puestos de trabajo de la planta valenciana, el futuro de la comarca de Camp de Morvedre y su industria.
Del mismo modo, durante esta semana los representantes de los trabajadores se reunirán con el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, para abordar la problemática de la fábrica y buscar una solución común tras el anuncio por parte de la empresa del traslado de la zona de laminado.
Según indican fuentes sindicales la decisión de cerrar la línea de parabrisas de automóvil de la planta de Sagunto y trasladarla hasta otra filial “pone en riesgo la pérdida directa de más de 400 puestos de trabajo”.
Los parabrisas que se producen en esta filial se destinan principalmente a vehículos de fabricación nacional en las instalaciones de Seat, Renault y Ford, entre otras. Sin embargo tras la crisis de semiconductores que a traviesa el sector del automóvil, la producción en la planta valenciana ha caído en los últimos meses alrededor de un 30%, aunque CCOO manifiesta que “la productividad no deja de crecer y las cifras confirman que el último año está siendo el mejor de la historia para esta planta”.
