Castelló consume el pleno de julio con debates infructíferos sobre qué es “lo urgente y lo importante”

Con un minuto de silencio en memoria del estibador fallecido en el Puerto de Castelló, ha comenzada el último pleno del ayuntamiento de la capital de la Plana antes de la pausa estival.

Más de cuatro horas de sesión que de nuevo no ha deparado ninguna sorpresa fuera del guión establecido, más allá de las habituales anécdotas fruto de los enfrentamientos verbales de los políticos o de alguna que otra palabra “gruesa” en las intervenciones menos preparadas.

Con todo, por el orden del día previsto han pasado puntos tan importantes como los presupuestos municipales. Unas cuentas sobre las que ya todo se había dicho tanto desde el gobierno como desde la oposición y de las que se asume, sin otro remedio, la inexcusable demora que lleva a aprobarlas en el séptimo mes del año en que deberían haber entrado en vigor.

A pesar de eso, los manidos temas, con otros aún más manidos argumentos han vuelto a salir al atril. La situación de los vecinos de la marjalería y el futuro de sus edificaciones, la relación de los puestos de persona (RPT), las inversiones…pero sobre todo la perspectiva de cada grupo para ordenar prioridades.

Y es que con más de dos tercios de Pleno a las espaldas, una vez más parte del debate ha virado en aquello a lo que cada grupo le da importancia o cree que es el momento de priorizar. Así en un momento dado se han mezclado desde “los 30.000 euros para la esterilización de los gatos”, “los 50.000 para los tejados verdes” como han apuntado desde la oposición al equipo de gobierno, con las “necesidades de los castellonenses que lo están pasando mal” como han vuelto a reiterar desde el atril.

Con todo, cruces de réplicas que nada nuevo han aportado y que han tenido su continuación en la aprobación inicial del expediente de modificación de créditos que llegaba por despacho extraordinario.

Sonora protesta del personal del servicio de atención domiciliaria (SAD)

Otra de las peculiaridades de este pleno ha sido la banda sonora de fondo con que se ha iniciado, las protestas de las trabajadoras de la empresa que gestiona del servicio de atención domiciliaria (SAD) que reclaman cobrar lo que se les debe.

Al grito de “alcaldesa morosa” y concentradas en la Plaza Mayor mientras se iniciaba la sesión en el Salón de Plenos del ayuntamiento, las voces y pitidos de protesta ha sido el telón acústico de las primeras intervenciones de esta sesión de julio.

También en el apartado de Ruegos y preguntas, la concejala del PP, Susana Fabregat ha preguntado por lo que iba a hacer al ayuntamiento con esta situación y si “les iban a pagar antes de irse de vacaciones”.

Una pregunta a la que la concejala delegada del área de Servicios Sociales, Mari Ribera ha contestado que se estaba haciendo todo lo posible para solucionar la situación de la que eran plenamente conscientes y que se reunirían con el personal que reclama su salario tantas veces como fuera necesario. Aunque también cabe decir que les ha afeado a los grupos de la oposición que contribuyeran a generar más crispación cuando eran conocedores de que el ayuntamiento estaba al tanto del problema y tratando de tramitar los expedientes cuanto antes.