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jueves, 25 abril 2024

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Queda inaugurada la temporada de positivos irresponsables que acuden a los centros de salud

Estas son las situaciones más surrealistas con las que los trabajadores sanitarios se encuentran día a día provocadas por positivos irresponsables

Que los casos por Coronavirus se han disparado en la Comunitat Valenciana es sabido por todos. Sobre todo en València capital es el lugar donde el crecimiento de positivos se ha producido de forma exponencial y alarmante, sin embargo, muchos de los pacientes a los que les comunican que han dado positivo o que tienen que realizarse una prueba PCR por haber estado en contacto estrecho con una persona contagiada, parece que no entienden la gravedad de la situación.

La quinta ola de contagios está siendo diferente a las anteriores, pues, afortunadamente, el número de contagiados no se traduce en un colapso de las camas hospitalarias o ingresos en UCI. No obstante, que la media de edad en las personas que han dado positivo haya bajado no implica que no puedan desarrollar patologías adversas graves.

Pese a la situación, muchos no parecen comprender la gravedad de lo que esto supone. “A diario vemos como vienen personas positivas al ambulatorio a preguntar cosas cuando se les ha explicado en reiteradas ocasiones que deben guardar cuarentena”, explica un trabajador del Centro de Salud Nou Moles.

Y es que la impaciencia muchas veces puede contra la responsabilidad. Una vez se le comunica a un paciente que ha dado positivo en Coronavirus por prueba PCR, se le explica que para recoger la baja no debe desplazarse al ambulatorio, si no que un familiar ha de venir a recoger los informes.

“Con cada nueva ola, vemos como los positivos vienen personalmente a recoger los papeles y encima se enfadan cuando les recordamos que están cometiendo un delito contra la salud pública”, explica el mismo trabajador.

Algo que ocurre también a la hora de realizarse las PCR: “en los centros de salud tenemos un protocolo estricto en el que se establecen diferentes circuitos de acceso para que las personas que tienen riesgo de ser positivas en Covid-19 no se crucen con los pacientes que vienen a realizar sus gestiones. Pues bien, aquí todo el mundo viene por la puerta principal y se enfada cuando le derivamos a donde corresponde”, recalca.

Concretamente, en Nou Moles han puesto a disposición de los pacientes una entrada por el el lateral que está perfectamente indicada y que ofrece la posibilidad de guardar cola al aire libre para minimizar los riesgos. Según el personal sanitario, estas mismas personas a veces se meten dentro del ambulatorio para esperar con el aire acondicionado, lo que supone un “grave riesgo para el resto de personas”.

Esto es algo que ocurre en todos los centros. En el ambulatorio de San Isidro las recepcionistas están cansadas de atender a positivos: “cada vez más entran personas diciendo: “hola, es que he dado positivo y no me han llamado para preguntarme con quién he estado” ante la estupefacción de las trabajadoras.

Cabe mencionar que también son muchos los contactos estrechos que se presencian ante el mostrador para quejarse de que tardan mucho en hacerles una PCR o en comunicarles el resultado: “cada día vienen personas diciendo que han convivido con un contagiado o que han estado en una reunión social en la que había varios positivos y que tienen dudas de estar contagiados.

Cuentan que les han llamado para que mantengan cuarentena pero que tardan en llamarles para hacerles una PCR, que están impacientes” y claro, mientras tanto el equipo sanitario y los pacientes tienen que asumir un mayor riesgo.

También los hay que deciden ponerse a fumar a escasos centímetros del resto de la cola para una PCR, sin importarles la prohibición del Gobierno que no permite fumar si no se cumple el metro y medio de distancia de seguridad.

Por último, el levantamiento de la obligación de llevar mascarilla por la calle también está llevando a situaciones paradigmáticas. “Son muchas las personas que hemos observado que vienen sin mascarilla y esperan en la puerta hasta que les toca sabiendo que han dado positivo y vienen a hacerse una segunda PCR. Desde luego, genera mucha frustración”, aclara una trabajadora el ambulatorio de Mislata.

Cuando las cosas se ponen feas, la ciudadanía en seguida se queja de las restricciones. Sin embargo, a la hora de cumplir las normas, cuando se acentúan las olas de contagios parece que “se inaugura la temporada de irresponsables”.

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