En pocos meses podría estar en Valencia en marcha la nueva normativa que permite sancionar a quien se encuentre en un botellón aunque no esté consumiendo alcohol. Así lo ha recordado hoy el concejal de Seguridad Ciudadana de València, Aarón Cano en una entrevista en la radio pública valenciana.
Esta medida, que a priori puede resultar confusa, pone al acento en el complejo proceso administrativo que en estos momentos debe desarrollarse para que estas sanciones por consume de alcohol en vía pública sean efectivas.
Es decir, actualmente se ha de demostrar que el líquido que se está consumiendo es, efectivamente, alcohol, lo cual supone desde una toma de muestra, hasta una cadena de custodia, con todas las garantías establecidas, para el análisis y por tanto la confirmación de propuesta de sanción que se ha hecho al interceptar el líquido consumido en la calle. Así, según apunta Cano, aunque el cambio no vaya a frenar el botellón si que puede facilitar mucho más el trabajo policial.
Por otro lado, cabe recordar, todos los problemas de convivencia ciudadana y seguridad, derivados del incremento de botellones y que afectan especialmente a determinados puntos de Valencia. El barrio de Orriols o la Plaza Honduras son solo dos ejemplos de estos puntos neurálgicos donde aumenta la conflictividad.
De hecho, algunos de los aspectos los aborda el borrador de la ordenanza de convivencia ciudadana, de la ciudad de Valencia presentado hace unas semanas. Un escrito que, sin embargo, tendrá aún que desarrollarse y pasar las correspondientes fases antes de su aprobación final.
Cambio de foco de “quien bebe” a “quien vende”
En cuanto a cómo afrontar el problema del incremento de botellones, parece que la estrategia que baraja ahora el ayuntamiento de Valencia, igual que están haciendo otros municipios que comparten problema, es ampliar el punto de mira del origen del problema. Esto supondría muchos de los puntos de venta de alcohol, también serían controlados.
Y es que al parecer, en la mayoría de las ocasiones, más allá de los establecimientos de ocio, el problema real surge por establecimientos que en horas no reguladas y en más de una ocasión sin emportar la edad del comprador, dispensan bebidas alcohólicas de manera irregular.