Los barrios de València ya no pueden más y así lo han demostrado este jueves las asociaciones vecinales Ciutat Jardí (Cedro) y Plaza de Honduras y Adyacentes, que a pesar de la lluvia, han salido a la calle para protestar contra el botellón y reivindicar su derecho al descanso. Tras meses de ‘lucha e infierno’ con varias caceloradas, pancartas reivindicativas y peticiones al Ayuntamiento, más de 500 vecinos han decidido lanzarse a las calles.
Y es que miles de jóvenes acuden cada semana a las plazas y parques de estas zonas para reunirse y hacer botellón. Lo que para unos es diversión y fiesta, para otros significa no poder descansar e incluso sentir miedo en sus propias casas por los altercados, peleas y actos vandálicos, como rotura de escaparates, patios pintados o retrovisores arrancados, que sufre el vecindario como consecuencia de estas concentraciones multitudinarias.
A esto se une el problema de la “zonificación” provocada por estas aglomeraciones y la alta concentración de locales y terrazas que según varios sonómetros del Ayuntamiento, el ruido de la zona supera los máximos decibelios que recoge la ordenanza sobren Protección Contra la Contaminación Acústica. Sin embargo, a pesar de cumplir las condiciones para declararse estas plazas como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), el consistorio no lo hace.
Por todo ello, los vecinos y vecinas de cinco barrios diferentes han recorrido la avenida Blasco Ibañez al grito de ‘Queremos dormir, queremos dormir…’, ‘Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra’ y ‘Hay que descansar para que mañana podamos madrugar’. Además en la manifestación, bajo los paraguas, se han podido ver pancartas con los lemas ‘No nos dejan dormir y no ponéis remedio’, ‘Más educación, menos botellón’ y ‘El descanso es un derecho, no un privilegio’.
Tras la manifestación, la presidenta de la Asociación de Vecinos Ciutat Jardí, Chelo Fígols, ha leído un manifiesto conjunto con las peticiones de los vecinos y vecinas como más sonómetros, más presencia policial y planes de baldeo y limpieza nocturna, reducción del espacio y horarios de las terrazas, inspección a locales y moratoria de licencias.
Desde estos movimientos vecinales anuncian que emprenderán acciones legales contra el Ayuntamiento “en defensa de nuestros derechos” y tras “el incumplimiento” de la ordenanza de contaminación acústica y las leyes de rango superior”. Han criticado también “la inactividad y falta de propuestas” del Ayuntamiento, que según expresan “les somete a la tortura de privación del sueño” y “les obliga a recurrir a los tribunales para defender el descanso y la salud”.