El caso Azud ha explotado en las filas socialistas como un Chernobyl político: han saltado las alarmas entre los socialistas valencianos y desde que se ha levantado parcialmente el secreto de sumario parece que ningún partido saldrá indemne, pero todavía está por ver hasta dónde llega la radiación de la presunta trama corrupta.
El Juzgado de Instrucción número 13 de Valencia ha destapado las facturas que presuntamente hay entre el empresario Jaime Febrer y diversos cargos del PSPV-PSOE entre los que se encuentra el diputado Vicent Sarriá por recibir “regalos” del empresario. Según aclara el sumario, los investigadores han constatado que Febrer pagó “gastos electorales” en Xixona, Burjassot y Benicàssim como parte de los sobornos para conseguir contratos públicos.
Además del empresario Jaime Febrer, en el estruendo de la trama también se encuentra su abogado, Manolo Mata, que fue, hasta hace apenas un mes, el número dos en las listas de Puig en el PSPV-PSOE y portavoz en las Cortes Valencianas.
Se calcula la cifra de siete millones de euros en sobornos y gastos electorales requeridos por los socialistas José Luis Vera, Pepe Cataluña y Rafael Rubio. Estos tres están dentro de la lista de regalos hechos por Febrer, concretamente botellas de vino valoradas en torno a los 200€.
Según el Juzgado, José Luis Vera, jefe de los Servicios Jurídicos de Divalterra, empresa pública de la Diputación de Valencia, recibió en total 1,3 millones de euros por supuestos servicios de asesoría que al final han resultado ser tratos de favor en los despachos de administraciones públicas vinculadas al PSOE.
Todos estos casos conducen a una reunión en un restaurante de Valencia en septiembre del 2005, en la que Febrer pagó 150.000 euros a Vera por facilitarle a sus compañeros socialistas Cataluña y Rubio el contacto estrecho con un promotor que eliminaría cualquier tipo de obstáculo que pudiese afectar a una operación inmobiliaria en la que se verían beneficiados. Se calcula una subida del patrimonio de 193.000 euros no justificados en las cuentas del que sería subdelegado del Gobierno de Pedro Sánchez en Valencia.
Los intentos de contención de este caso desde Puig y su entorno han sido poco discretos. El propio presidente Puig evitaba, este martes por la tarde, las preguntas de los periodistas a su salida de la sede del PSPV y tampoco lo ha sido la actuación de la consellera Bravo al negar al Tribunal la ayuda solicitada para poder agilizar esta macrocausa.
Oltra, el hermano de Puig, y los otros casos
Sin embargo el de Azud no es el primero ni tampoco el más peligroso de los casos que se ha destapado en el entorno de Puig. Su hermano ha declarado como investigado por las subvenciones que ha recibido de la Generalitat Valenciana en contratos donde también aparece el hijo del President.
En el seno del Consell la vicepresidenta de la Generalitat Mónica Oltra está a las puertas de ser investigada por el TSJCV (acogida a su situación de aforada) en un caso relacionado con los abusos del ex marido de la vicepresidenta a una menor tutelada, donde el personal de la Conselleria supuestamente ocultó las denuncias de la menor.
A estos casos hay que sumarle la delicada situación de la consellera de Medio Ambiente Mireia Mollà después de que el fiscal viera maltrato animal en la muerte de los burros del Desert y elevase el caso al juez por la vía penal. Siguen además judicializadas las políticas del consell en materia de Educación y Sanidad.
Las encuestas sitúan a Puig en el filo de la navaja
Según anunciaba este martes la última encuesta, Ximo Puig está en el empate técnico: el PP y Vox crecen 10 escaños cada uno y le llevan al empate técnico. El PP solo necesitaría 5000 votos más para empujar al Botánic a la oposición. Una balanza tremendamente equilibrada, donde cualquier otro traspiés pueda conducir a Ximo Puig al desastre electoral.
En medio de todo este huracán Ximo Puig aparece con la solución 3210: ‘La España Polifónica’. Sin embargo el debate sobre la descentralización no ha conseguido desviar la atención del foco judicial. A prácticamente 360 días de las elecciones cada vez la tendencia de crecimiento de los partidos de la derecha es más evidente y el desgaste de los partidos de la izquierda, actualmente en el gobierno de la Generalitat, cada vez más incontrolable.
