“Sabemos que hay mucha gente que huye y está pagando mucho dinero por cruzar la frontera, pero lo peor es que a veces, quienes los cogen…no son buena gente”. Así explica una persona vinculada a una asociación en contacto con Ucrania y familia allí, la desesperación de quienes estos días intentan huir de su país, mientras las zonas afectadas por el conflicto se extienden con cada ataque a nuevas regiones.
Cuenta también que pese a las recomendaciones “que se hacen desde aquí” de recurrir a los medios habilitados a través de ONG’s que programan salidas, “quienes están allí, y ya se han decidido a marcharse, quieren salir cuanto antes, y si llevan niños tampoco quieren esperar porque les da miedo lo que pueda pasarles mientras aún no han cruzado”.
Y precisamente por esa prisa, ese miedo y esa desesperación, en este conflicto de Ucrania la historia se repite como en todas las guerras. Y cómo siempre, también las víctimas son las más vulnerables y en términos mercantilistas “las más rentables”. Por eso en un territorio plagado de mujeres y niños, muchas veces hay quienes ven “el negocio” y en ocasiones de una forma tan sencilla como la de aparentar ser la alternativa para salir de una guerra, que se convierte para las víctimas en la puerta del infierno, aunque en otro país.
Desde la Fundación Salud y Comunidad (FSC), que trabaja en distintos puntos de España en proyectos de inclusión, en la provincia de Castellón llevan a cabo un programa con mujeres que ejercen la prostitución, víctimas de la explotacion sexual. Por eso recuerdan que quienes se dedican a traficar con personas “no lo harían si no hubiese mercado”. En su trabajo diario a través del proyecto IMMA, acompañan a mujeres en ejercicio de la prostitución, prioritariamente víctimas de trata.
Por eso, en el caso de la explotación sexual, en especial de mujeres que han sido captadas en otros países reiteran que “si continúa el mercadeo humano, a través de las fronteras es porque existe una demanda de consumo”. Por eso insisten en poner el foco en esa eufemísticamente llamada “complicidad” de los “clientes” que resulta ser en realidad la razón de que se siga comerciando con seres humanos, en este caso, mujeres o niñas menores de edad, procedentes de países, algunas de las cuales, son captadas en momentos de vulnerabilidad como son los conflictos bélicos.
“Mientras haya consumo de prostitución y no se de un cambio social en cuanto a lo que supone esta explotación, seguirá este mercadeo”, asegura Belén Sánchez, desde FSC. Como ejemplo, esta fundación, en la provincia de Castellón atiende anualmente a 350 mujeres explotadas por terceros. Una cifra muy poco representativa que solo visibiliza la punta de un enorme entramado de explotación sexual y trata de seres humanos con esa finalidad.
Por eso, extrapolar algunas de las historias personales más duras de las víctimas obligadas a prostituirse que fueron captadas en momentos de alta vulnerabilidad como puede ser una guerra lleva necesariamente a preguntarse porque este conflicto de Ucrania tendría que ser una excepción. Una sospecha, “a gritos” y conocida de sobra por quienes trabajan intentando proteger a las víctimas potenciales que además se confirmaba, por fuentes oficiales, hace poco más de 48 horas.
Mafias que actúan fingiendo ayudar: las autoridades lo confirman
Esta misma semana, dos fuentes oficiales, por una parte la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra y por otra el cónsul honorario de Ucrania en la Comunitt Valenciana, Pablo Gil, ya alertaban que los peores augurios respecto a lo que podía pasar en las fronteras se estaban haciendo realidad.
Aunque el consul era mucho más prudente y hablaba eufemísticamente de “situaciones peligrosas” cuando se salía del corredor humanitario y de los transportes coordinados por las ONG’s, Oltra se mostraba mucho más clara y afirmaba con rotundidad de que se había constatado ya la actuación de las temidas mafias dedicadas a la trata de seres humanos.
Por esto la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, pedía a los ciudadanos que no fueran con coches a la frontera ucraniana a por refugiados que huyen de la guerra ya que precisamente, esto facilita que entre quines solo pretenden ayudar, se cuelen personas con otras intenciones.
Oltra subrayaba que estas personas llegarán a los lugares de acogida en convoyes organizados, trenes o autobuses. Y es que igual que hace unas semanas, se advertía ya de algo similar con los menores y ese posible acogimiento que podía poner en riesgo a los más vulnerables, ahora son las fuentes oficiales las que confirman que ese aprovechamiento de la vulnerabilidad de las víctimas de la guerra ya está sucediendo.
“Que no vaya la gente a la frontera con el coche a recoger personas. Ya hemos tenido confirmaciones de mafias que van a buscar allí a las personas más vulnerables, sobre todo, mujeres, niños y niñas para después hacer trata de personas, de órganos” o actuaciones con “fines de explotación sexual o laboral“, exponía este martes.
La responsable autonómica ha explicaba que las ONG que trabajan en la acogida y traslado de refugiados ucranianos están insistiendo “mucho en hacer difusión de esto”, de ese mensaje advirtiendo de la presencia de mafias en las fronteras de Ucrania. “Ya hay documentados casos a los que las mafias intentan captar, sobre todo, a mujeres y niñas para explotación sexual”, ha manifestado.
“…que los particulares no vayan a la frontera a recoger refugiados”
“Sé que mucha gente lo hace de buen corazón, la mayoría. Pero en frontera no se puede distinguir quién lo hace de corazón y quién no”, ha destacado, al tiempo que ha precisado que quienes huyen de la guerra llegarán a los lugares de acogida “en convoyes organizados, en trenes o en autobuses”.
Juntos por la Vida alerta a los refugiados, sobre todo a mujeres, del riesgo de huir en coches de desconocidos
Por otro lado, también la Fundación Juntos por la Vida, que está trabajando en la frontera de Polonia con Ucrania, ha advertido de los riesgos y el peligro que puede suponer para los refugiados que quieren venir a España hacerlo en vehículos particulares que les ofrecen desconocidos y, por ello, ha iniciado una campaña de prevención e información.
Desde la ONG recalcan que el peligro es mayor para mujeres, sobre todo jóvenes que esperan en la frontera algún transporte que les ofrezcan para poder huir.
